La creatina mejora la producción de ATP, optimizando la energía disponible para músculos, cerebro, corazón y riñones.

Favorece la memoria, la concentración y la neuroplasticidad. Su papel en la protección neuronal puede ser clave para reducir el impacto del envejecimiento en el cerebro.

Desempeña un papel clave en la regulación metabólica. Estudios han demostrado su impacto positivo en la sensibilidad a la insulina, facilitando el metabolismo de la glucosa y optimizando la producción de energía celular.

Ayuda a mejorar la densidad mineral ósea y la fuerza muscular en adultos mayores, reduciendo el riesgo de sarcopenia y fracturas. Un soporte clave para el bienestar integral a lo largo de los años.