Cuando escuchamos hablar de la vitamina D, lo primero que pensamos es en los huesos o en el sol. Y sí, es cierto: la vitamina D se conoce como “la vitamina del sol” porque tu cuerpo la produce cuando te expones a la luz solar.
El problema es que muchas personas no reciben suficiente sol (pasamos mucho tiempo en interiores, usamos protector solar o vivimos en ciudades con poca exposición). Esto puede llevar a un déficit de vitamina D, y lo curioso es que muchas veces ni lo notamos hasta que aparecen ciertos síntomas.
Señales comunes de déficit de vitamina D
No necesitas un análisis de sangre para sospechar que podrías tener niveles bajos. Algunas señales frecuentes incluyen:
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Cansancio constante: aunque duermas bien, sientes que no tienes energía.
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Debilidad muscular: te cuesta más esfuerzo hacer actividades que antes hacías fácil.
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Dolor en huesos o articulaciones: molestias frecuentes en piernas, espalda o rodillas.
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Defensas bajas: te resfrías muy seguido o tardas en recuperarte.
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Cambios de ánimo: tristeza, desánimo o falta de motivación sin razón clara.
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Caída de cabello: a veces se relaciona con la deficiencia.
Ojo: Estos síntomas también pueden deberse a otras causas, pero si tienes varios al mismo tiempo, es una señal de alerta.
👉 Si ya te identificaste con varios de estos síntomas, quizá tu cuerpo esté pidiendo un apoyo extra. En nutriADN contamos con Vitamin D3 Support, un suplemento diseñado para reforzar tus niveles de vitamina D y ayudarte a recuperar energía, defensas y bienestar.
¿Quiénes tienen más riesgo?
Algunas personas son más propensas a tener déficit de vitamina D:
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Personas que trabajan en oficinas o casi no se exponen al sol.
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Quienes usan bloqueador solar todo el tiempo.
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Personas con piel oscura (necesitan más sol para producir vitamina D).
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Adultos mayores.
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Personas con sobrepeso.
¿Se puede prevenir sin análisis?
Sí. Aunque lo ideal siempre es confirmar con un estudio, puedes tomar medidas sencillas:
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Sal a caminar al sol unos 10-20 minutos al día (sin bloqueador, pero con cuidado).
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Incluye en tu dieta alimentos como pescado graso (salmón, sardina), huevos o lácteos fortificados.
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Mantén un estilo de vida activo y balanceado.
Entonces… ¿qué hago si sospecho que tengo déficit?
Si te identificaste con los síntomas, lo mejor es consultar con un profesional de salud. A veces, aun con buena alimentación y sol, no logramos llegar a los niveles adecuados, y es ahí donde un suplemento puede marcar la diferencia.